sábado, 5 de abril de 2014

LA CURA



Hoy he vuelto a llorar. Es una de esas cosas que no echas de menos. Por lo menos no de esta manera. Supongo que es una especie de re-interpretación o adaptación de la ley de Murphy. ¿Cuál es la solución para esto? Pues no lo sé. El tiempo es la mejor medicina…lo cura todo…¿Cuál es la dosis necesaria de tiempo?. Cuando te duele algo…no sé…la cabeza, siempre hay quien te diga "tómate un ibuprofeno  o un paracetamol y ya verás como te calma". Pero, digo yo, cuando te duele el alma, nunca hay nadie que te diga "no te preocupes tómate un mes, o tres…ya verás como te alivia". Quizá es que yo soy alérgico a esa medicación y el tiempo en mí no hace efecto. De todos modos, sea como sea, sigo siendo bastante escéptico con respecto a las pastillas. Que yo sepa todavía no existen pastillas para hacer desaparecer a personas, sentimientos, para hacer desaparecer selectivamente el pasado o la incertidumbre del futuro. No no existen. Existen pastillas como por ejemplo las que me tomo para "dormir", que la única diferencia entre tomarme las pastillas y meterme un dedo en el ojete es que las pastillas son menos desagradables pero el efecto mas o menos es el mismo. Sin ir más lejos…son las 3:15 de la madrugada. Me levanté a las 9:00 después de haber dormido mis buenas 2 horas. Trabajar toda la mañana que, aunque no fue un trabajo especialmente duro en lo físico, si que ha sido un trabajo de desgaste mental. Irme rápidamente a comer y casi sin tiempo irme corriendo a otro trabajo…parecido al de por la mañana pero no el mismo. Parecido esfuerzo físico y similar desgaste mental. A esto podemos añadirle que casi no puedo caminar porque algo que casi puedo asegurar que se llama ciática me está matando. Pues bien. Después de todo eso y de dos pastillas para dormir…aquí estoy. Con los ojos abiertos y las lágrimas asomando, fruto de este nudo en la garganta que parece que está hecho con esas cuerdas enormes que se usan para amarrar los grandes barcos…pero con el barco tirando al otro lado. Creo que alguna vez hice mención al pánico que me dan este tipo de noches. El pánico que tengo a meterme en la cama. No dormir y pensar y pensar y pensar…Si tengo este pánico es precisamente porque conozco perfectamente ese tipo de noches y lo que eso produce. Es el pan de cada día cuando estoy en este estado, que antes o después siempre acaba volviendo. Más antes que después…Seguiré buscando  mi "pastilla". Esa que haga que calme mi dolor y que no vuelva cada vez que me olvido de que existe. Solo espero que la búsqueda de la cura no acabe dejándome cicatrices de por vida.

lunes, 24 de marzo de 2014

PIEDRAS



Realmente, ¿hay personas que nunca dejan de sorprendernos? ¿no será que quizá somos nosotros mismos los que no queremos dejar de sorprendernos con esas personas?. Seguramente en numerosas ocasiones esas personas han demostrado mucho y se han destapado realmente. El problema es que quizá nosotros somos los que queremos seguirlas cubriendo con bonitos vestidos, complementos a juego y joyas llenas de metales y piedras preciosas.
Siempre tropezamos dos veces con la misma piedra, y tres, y cientos. Quizá el problema es que somos nosotros mismos los que a cada paso vamos poniendo esa misma piedra a nuestros pies porque, tal vez creamos que de tanto tropezar con ella conseguiremos moldearla de tal forma que esa piedra acabe siendo como nosotros la imaginamos. El problema es que lo único que conseguimos con eso es rompernos los zapatos de tanto tropezar, destrozarnos los pies, las rodillas, los brazos de las caídas. Hasta que llegue el día en que tengas una mala caída de verdad y te pegues una hostia en la cabeza y te mates…o te quedes tonto para el resto de tu vida….más de lo que ya eres.
No estoy triste ni decaído. Estoy enfadado, decepcionado. Ambas cosas conmigo mismo. Y lo que más me enfada y me decepciona es que sé perfectamente que no voy a necesitar una mala caída para quedarme alelado de por vida porque ya me siento así. Sé que mañana, o pasado…quizá la semana que viene, volveré a ponerme la puta piedra delante de los pies a ver como me caigo esta vez. Si mientras alguien está leyendo esto hace un pequeño ejercicio mental y se imagina la situación, supongo que pensará que para tropezarse tantas veces con esa piedra ha de ser una piedra grande…por consiguiente pesada…pero…si nosotros mismos somos los que nos la vamos poniendo a nuestros pies a cada paso…mmm…es que la llevamos encima… ¡Pues si amigos! eso es lo más cojonudo. Llevo una mochila para ir cargando con la puta piedra de los cojones, por lo que, mientras no me la pongo delante para tropezarme con ella…¡¡a mi me está jodiendo la espalda porque pesa un huevo!!.¡POR DIOS QUE ES UNA PIEDRA!¡¡Y VA MÁS COMODA QUE YO!!. "Que no le falte nada a mi piedrita"…"¿las piedras comen?¿tendrá hambre?"…"voy a echarme una mantita en la mochila no sea que la piedra tenga frío y se me acatarre"… Lo dicho, no necesito una mala caída. Y cuando me tropiezo y me caigo, ¿qué pasa?. Pues jode…claro que jode. Pero bueno…me levanto y "esto con un poco de Betadine…si tampoco duele tanto…¿qué va a hacer la pobre piedra?….si ella es una piedra y estaba ahí…la culpa es mía no fijarme hombre…y al tropezarme…¿le habré hecho daño a la piedra?…bueno me la meto en la mochila pobre y al llegar a casa ya reviso a ver cómo esta…"
En fin…quizá tenga la suerte de pasar junto a un muro decrépito y otra piedra se me caiga en la cabeza. Puede que el golpe sea más fuerte. Puede que me mate….no creo que me deje más tonto. Pero por lo menos será un golpe distinto…por lo menos será otra piedra.

miércoles, 19 de febrero de 2014

RELOJ DE ARENA



Otra vez vuelvo a estar encerrado en este reloj de arena. Así me siento, encerrado aquí dentro. En el tiempo. Cuando toda la arena pasa al otro lado, lo único que puedo esperar es que alguien vuelva a girar otra vez el reloj para volver a empezar. Así una y otra vez sin ningún otro aliciente. Lo único distinto en este reloj es que no tiene arena, sino cuchillas. Este es un tiempo distinto. Es un tiempo que duele. Y duele mucho. Es como si tuviera esas cuchillas de tiempo clavadas en las entrañas y cada minuto que pasa, esas cuchillas giran haciéndome daño. A un ritmo constante. Para que no llegue a acostumbrarme al dolor. Para que en ningún momento olvide que el dolor está ahí y sigue doliendo. Duele mucho. Reflexionando me he preguntado a dónde va a parar ese tiempo. No va a parar a ningún sitio. Como muy lejos se va al otro lado del reloj de arena para volver a aplastarme cuando vuelva a girar. No hay mucho más. No se cuántas veces ha girado ya el reloj. ¿Qué más da? todo es igual. Siempre es lo mismo. Cada vuelta es igual que la anterior. Mi esperanza podría ser el descanso de la noche, pero tampoco lo es. La noche me aterra. Cuando me meto en la cama e intento dormir mi cuerpo sigue con esa sensación de girar y girar una y otra vez dentro del reloj. Cuando por fin me duermo, me despierto constantemente con el zarandeo del mismo reloj. Con los pinchazos del tiempo clavándoseme en el alma. Y vuelta a empezar. Ya no es que no tenga fuerzas para salir de este reloj. No las tengo ni siquiera para intentarlo, ya que, por otra parte, no quiero compartir este reloj con nadie. Siento que si alguien me viera aquí dentro, sufriría innecesariamente, y, por otra parte seguro que este dolor me dolería mucho más. Entre vuelta y vuelta he ido pintando de negro el cristal de este reloj, para que nadie pueda ver a través de él. Sé que quizá no sea lo correcto, pero es lo que siento y no soy capaz de hacerlo de otra forma. Duele mucho.

lunes, 17 de febrero de 2014

INCIERTO



Llevo todo el día intentando no pensar. Intentando llevar mi mente a otro sitio procurando sentir que todavía estoy vivo. Que aún corre sangre por mis venas. De momento estoy fracasando. No lo consigo y siento que este agujero me está atrapando y cada vez se hace más oscuro y pequeño. Creo que es la primera vez en mi vida que tengo esta sensación de claustrofobia. Aunque en unas cuantas ocasiones había sentido una presión similar en el pecho, creo que nunca fue como esta. La verdad es que no sé explicarlo pero cada minuto que pasa siento que tengo menos fuerza. Estoy agotado y necesito descansar de una vez. Desconectarme. Creo que ninguna persona sabe dónde está su límite pero yo siento que el mío no está muy lejos y la verdad es que no puedo más. Quizá sea un poco imprudente por mi parte decir esto, porque se que hay mucha gente que está pasando verdaderas desgracias y mucho más graves que todo esto. Soy una persona sensible con esas cosas y me afectan ese tipo de desgracias que sufre gente inocente en todo el mundo, pero, qué coño, a mi me duele lo mío. Esto viene a que, unas cuantas veces a lo largo de mi relativamente corta vida, he sentido que vine a este mundo a sufrir. Y la verdad es que ahora mismo no veo mucha salida a esto. No hablo de mi situación, que bueno, visto desde fuera no es que sea una situación catastrófica. Hablo de este sufrimiento. Como suele decirse cada persona es un mundo, y quizá por eso digo que vine aquí para sufrir. Porque mi mundo es así. Y, a día de hoy, no le veo mucha salida a este sufrimiento que parece que no va a dejarme nunca y yo no puedo más. Por si alguien llegara a leer esto voy a tranquilizarlo (si es que a ese posible alguien puede producirle intranquilidad). No estoy hablando de suicidio. No tengo valor para eso. Hasta para eso me considero un fracasado, aunque tampoco es algo de lo que me arrepienta porque sino probablemente ya habría acabado en algún otro agujero distinto de éste y no habría tenido la oportunidad de vivir ciertas cosas que me ha regalado la vida, que también las ha habido, aunque en este momento no sea capaz de darle una importancia que probablemente tengan, y, como dije hace como dos horas son cosas que en momentos como este realmente me dan igual y podría tirar por el wáter. Siempre quiero darle forma a lo que escribo pero la verdad es que ahora mismo no sé como terminar esto así que lo voy a dejar así de raro, ademas las lágrimas casi no me dejan ver la pantalla.

TIRAR DE LA CADENA



Y pensar que quizá en algún momento me creí en cierto modo "infalible" o que "es difícil que me equivoque"…pobre ingenuo…todavía no termino de sacar la pata para volver a meterla. En mi última reflexión escribí algo así como "…aunque sé que no voy a volver al fondo en el que estuve, no quiero estar en este agujero…". Debería jugar más a la lotería. Seguro que me toca.  Aunque bueno, tampoco estaba del todo equivocado, tengo que darme cierto valor. Creo que no estoy en el fondo en el que estuve, no. Esta vez creo que escarbé un poco más abajo.
No hace ni una hora me dijiste que tengo q valorarme y quererme, que quizá ese sea uno de mis mayores problemas. Se que quizá esto no te guste demasiado pero como también me dijiste que cuando hablemos me vas a decir las cosas tal cual las ves y las sientes (cosa que me parece estupenda y lógica por otra parte), yo también voy a hablar con el corazón en la mano. Como yo me siento ahora mismo. Con todo lo que ahora mismo se refleja en mi mirada oscura.
En este momento tengo una sensación tan fuerte de ser una mierda, que las toneladas de arena de las que hablaba en mi primera reflexión y que no llenarían mi vacío, quisiera que se me cayeran encima. De esta forma adelantaría esa conversación con Dios de la que hablo en la segunda reflexión. Nos sentaríamos tranquilamente a tomar una cerveza. Dios igual no bebe pero yo…qué mas da si ya estaría muerto, no creo que me hiciera mucho daño. Entonces me daría todas esas explicaciones y probablemente me pondría en mi sitio y aunque me dijera que realmente sí, me merezco todo esto, probablemente me sentiría genial. ¡Qué coño estaría hablando con Dios! eso tiene que reconfortar un montón. Me fumaría uno detrás de otro los mil cigarrillos de mi última reflexión. Aunque sé que debo dejarlo de una forma bastante rotunda. Pssss.  ¿Qué más da?. Sí, sé que es una mierda y lo más típico del mundo, y que suena a voy a dar pena o voy a hacerme el macarra (para esto último ya me tomé una cerveza con Dios…¿qué puede haber más macarra y chulo que eso?), y todas esas cosas. Pero no. Es la verdad. Me siento así y ahora mismo me da todo igual. no sé si a todo el mundo le pasa o solo es a mí. Pero en momentos como este siento que podría coger toda mi vida, envolverla en papel de limpiarse el culo y tirarla por el wáter. "Tío que tienes el trabajo muy atrasado y como no te pongas las pilas vas a tener problemas"…me da igual, que le den por culo. "Tío que dependes de eso y si no job no money y luego a ver qué haces…cómo comes…". Psss me la sopla…de algo hay que morir. Sé que es triste y que parece que me estoy haciendo el guay…pero es la verdad. Así mismo me siento.
Quizá alguien se dio cuenta (alguien quizá los espíritus o sabe Dios porque esto no lo lee nadie…aunque me gusta escribir como si realmente sí que pasara), de que no he dicho nada acerca de mi tercera reflexión. Sí esa, la "alegre", la "bonita". La verdad es que prefiero ni pensar en ello porque en estos momentos no soy capaz de darle lo poco o lo mucho que me pide. No soy capaz de devolverle ni un pellizquito pequeñito de lo que ella me da. Algo que automáticamente me hace coger el pico y la pala para seguir escarbando y hundiéndome más en mi agujero. Me hace sentirme todavía más mierda de lo que ya me siento...

lunes, 10 de febrero de 2014

MIL CIGARRILLOS



El agujero vuelve a llamarme. Creo que él tampoco puede vivir sin mi. Llevaba ya unos días explorando el mundo, viviendo una vida que, en parte me resultaba algo extraña fuera del agujero, pero que por otra parte no me disgustaba. No lo echaba de menos, pero hoy el agujero me ha llamado…se ve que él si que me echaba de menos a mi. Por una parte estoy intentando hacerme el remolón para intentar quedarme por aquí fuera, pero por otro lado me veo a un paso de "sucumbir a sus encantos". Casualidades que tiene la vida,  hoy he escuchado una frase de una canción y me hizo reflexionar bastante sobre ella. Me parece una frase magistral que, si bien la había escuchado bastantes veces anteriormente, nunca se había quedado tanto tiempo rondándome la cabeza. "Que el tiempo corra los mil años lisos, y que la amnesia se acuerde de mi…para olvidarte…". Pues sí. Me ha hecho pensar mucho. Me hizo pensar que quizá esa sería la escalera para salir del agujero y la llave para cerrarlo para siempre, que, aunque hay otros muchos agujeros en los que podría acabar metido, ya no iba a ser éste. Pero por otro lado, la idea de que la amnesia se acuerde de mi, que te olvide y, aunque no de manera literal, "desaparezcas" de mi vida, no es algo que acabe de convencerme. Es más, en algún punto dentro de mí o de mi mente es algo que me aterra, me entran escalofríos de pensarlo. Y todo esto sucedió antes. Antes de que pasara. Antes de que ni siquiera imaginara que el agujero iba a requerir nuevamente mi presencia. Lo que digo, casualidades de la vida.
Me gusta escribir y me gusta hacerlo de una forma más o menos cuidada, pero por un momento voy a dejar de escribir y voy a hablar. Con unos términos no demasiado cuidados…más bien nada cuidados, pero lo necesito.
Estoy hasta la polla de esto. ¿Por qué cojones siempre tiene que ser así?. Estaba bien. Evolucionaba. ¿Por qué coño tengo que volver al agujero?. Sé que no voy a volver hasta ese fondo en el que estuve pero es que no quiero coño!!!Lo que va a pasar es que, a partir de ahora, cada vez que asome la cabeza lo voy a hacer con casco, esperando la hostia que me va a volver a meter dentro. Porque siempre es igual y no quiero estar ahí ya hostia puta!!!Hasta los cojones estoy mecagohastaensuputamadre.
Gracias. La gerencia.

viernes, 31 de enero de 2014

Es un momento especial. Aunque sea por un momento voy a dejar a un lado mis cuentas con Dios, voy a dejar a un lado el tiempo y voy a dejar a un lado mi agujero. Acabo de asomar la cabeza fuera de este agujero y fuera de él el tiempo tiene otro significado. Es uno de esos momentos en que quisiera detener el tiempo. Quisiera que esto durara para siempre. Estoy enamorado. Es algo que quizá ya sabía pero puede que en pocos momentos me haya parado a pensar en la grandeza de este amor. Un amor que no había sentido nunca en mi vida. Ella es el verdadero amor de mi vida y la tengo aquí, en mi cama, a mi lado. No me canso de observarla. No me canso de contemplar su belleza, su ternura, su inocencia. Es el ser más increíble que haya conocido y que, probablemente vaya a conocer en mi vida. Hoy nos hemos visto, nos miramos, nos abrazamos, nos sentimos, y ha llenado de luz este agujero en el que últimamente solo había oscuridad. Este sentimiento me hace entender a la perfección el significado de esa frase que está en el aire y escuchamos tan a menudo: "es algo que no se puede expresar con palabras". Y es que realmente solo cuando lo sientes sabes que es así, que no hay palabras que puedan describir esto. Te amo. Cada vez que me lo dices siento que el corazón se me va a salir del pecho. Siento como si de repente el jardín más maravilloso y colorido del universo floreciera dentro de mi cada vez que me regalas un "te quiero mucho...papi"

domingo, 26 de enero de 2014

QUIZÁ





"Cada uno tiene lo que se merece" frase lapidaria y muy recurrente. Todos la escuchamos, todos la decimos. Y, digo yo, ¿qué méritos he hecho yo en mi vida para merecer esto? Quizá es que erróneamente me considere una buena persona pero la realidad sea muy distinta. Entiendo que quizá debo ser uno de los grandes hijos de puta de nuestro tiempo y eso me está pasando factura.
¿Y si Dios pone a cada uno en su sitio? ¿Es este agujero el sitio que Dios tenía reservado para mi? Hubiera preferido una casita de madera junto a un lago y rodeada de un bosque precioso y no este agujero emocional en el que me encuentro. Pero no, ese no es mi sitio así que no puedo ni siquiera planteármelo. Dios me ha puesto en "mi sitio". Pues lo siento mucho Dios, pero el día en que tu y yo nos veamos las caras vas a tener que darme unas cuantas explicaciones y responder a varias cuestiones. Mientras tanto, por si acaso, seguiré auto-flagelándome y procurando mentalizarme y darme cuenta de que esto es realmente lo que merezco, lo que me he ganado a pulso. Tendré que buscar una bonita decoración a este agujero porque tengo la sensación de que será mi hábitat natural por un tiempo indefinido por el momento.

sábado, 25 de enero de 2014

TIEMPO




Siguen cayendo los días, uno detrás de otro, sin que el hoy sea distinto del ayer, ni el mañana del hoy. Pasan sin dejar un momento al que agarrarse, sin que un día haya merecido la pena más que el anterior, o el anterior, o el anterior… Segundos que se convierten en minutos, que, a su vez, se convierten en horas y no son más que eso; tiempo. Tiempo que pasa por encima de mí y lo único que me deja es menos camino por recorrer hasta un final que todos tenemos seguro, y esta sensación de vacío que poco a poco se ha convertido en una compañera inseparable. Un vacío que no llenarían toneladas de arena si entre ellas no se encuentra el grano adecuado. El grano de arena que necesito. El que me falta para que mis días tengan al menos un momento del que no quiera desprenderme u otro por el que merezca la pena avanzar hasta el día siguiente. Un grano de arena que haga que los segundos, los minutos, las horas, los días, dejen de ser lo que son ahora. Simplemente eso. Tiempo.