sábado, 25 de enero de 2014

TIEMPO




Siguen cayendo los días, uno detrás de otro, sin que el hoy sea distinto del ayer, ni el mañana del hoy. Pasan sin dejar un momento al que agarrarse, sin que un día haya merecido la pena más que el anterior, o el anterior, o el anterior… Segundos que se convierten en minutos, que, a su vez, se convierten en horas y no son más que eso; tiempo. Tiempo que pasa por encima de mí y lo único que me deja es menos camino por recorrer hasta un final que todos tenemos seguro, y esta sensación de vacío que poco a poco se ha convertido en una compañera inseparable. Un vacío que no llenarían toneladas de arena si entre ellas no se encuentra el grano adecuado. El grano de arena que necesito. El que me falta para que mis días tengan al menos un momento del que no quiera desprenderme u otro por el que merezca la pena avanzar hasta el día siguiente. Un grano de arena que haga que los segundos, los minutos, las horas, los días, dejen de ser lo que son ahora. Simplemente eso. Tiempo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario