Realmente, ¿hay personas que nunca dejan de sorprendernos? ¿no será que quizá somos nosotros mismos los que no queremos dejar de sorprendernos con esas personas?. Seguramente en numerosas ocasiones esas personas han demostrado mucho y se han destapado realmente. El problema es que quizá nosotros somos los que queremos seguirlas cubriendo con bonitos vestidos, complementos a juego y joyas llenas de metales y piedras preciosas.
Siempre tropezamos dos veces con la misma piedra, y tres, y cientos. Quizá el problema es que somos nosotros mismos los que a cada paso vamos poniendo esa misma piedra a nuestros pies porque, tal vez creamos que de tanto tropezar con ella conseguiremos moldearla de tal forma que esa piedra acabe siendo como nosotros la imaginamos. El problema es que lo único que conseguimos con eso es rompernos los zapatos de tanto tropezar, destrozarnos los pies, las rodillas, los brazos de las caídas. Hasta que llegue el día en que tengas una mala caída de verdad y te pegues una hostia en la cabeza y te mates…o te quedes tonto para el resto de tu vida….más de lo que ya eres.
No estoy triste ni decaído. Estoy enfadado, decepcionado. Ambas cosas conmigo mismo. Y lo que más me enfada y me decepciona es que sé perfectamente que no voy a necesitar una mala caída para quedarme alelado de por vida porque ya me siento así. Sé que mañana, o pasado…quizá la semana que viene, volveré a ponerme la puta piedra delante de los pies a ver como me caigo esta vez. Si mientras alguien está leyendo esto hace un pequeño ejercicio mental y se imagina la situación, supongo que pensará que para tropezarse tantas veces con esa piedra ha de ser una piedra grande…por consiguiente pesada…pero…si nosotros mismos somos los que nos la vamos poniendo a nuestros pies a cada paso…mmm…es que la llevamos encima… ¡Pues si amigos! eso es lo más cojonudo. Llevo una mochila para ir cargando con la puta piedra de los cojones, por lo que, mientras no me la pongo delante para tropezarme con ella…¡¡a mi me está jodiendo la espalda porque pesa un huevo!!.¡POR DIOS QUE ES UNA PIEDRA!¡¡Y VA MÁS COMODA QUE YO!!. "Que no le falte nada a mi piedrita"…"¿las piedras comen?¿tendrá hambre?"…"voy a echarme una mantita en la mochila no sea que la piedra tenga frío y se me acatarre"… Lo dicho, no necesito una mala caída. Y cuando me tropiezo y me caigo, ¿qué pasa?. Pues jode…claro que jode. Pero bueno…me levanto y "esto con un poco de Betadine…si tampoco duele tanto…¿qué va a hacer la pobre piedra?….si ella es una piedra y estaba ahí…la culpa es mía no fijarme hombre…y al tropezarme…¿le habré hecho daño a la piedra?…bueno me la meto en la mochila pobre y al llegar a casa ya reviso a ver cómo esta…"
En fin…quizá tenga la suerte de pasar junto a un muro decrépito y otra piedra se me caiga en la cabeza. Puede que el golpe sea más fuerte. Puede que me mate….no creo que me deje más tonto. Pero por lo menos será un golpe distinto…por lo menos será otra piedra.